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Ver para creer, o creer para ver

Aunque parezca simple, esta frase puede ser lo que separa a la minoría de ateos razonables del inmenso grupo de creyentes incredulos; valga la redundancia por si alguien lo considera necesario; pues cada persona sitúa su criterio en uno de estos dos lados.

Podríamos explicar esta frase usando términos científicos, así pues "Ver para Creer" definiría una postura materialista y, "Creer para ver" definiría a una postura idealista. Cuando nos referimos a la postura idealista, es decir, de "Creer para ver" estamos hablando de la "fé" que es la energía que mantiene con vida las religiones, pero aún así, refiriendonos específicamente a las religiones derivadas del cristianismo, en su biblia consta una muestra de racionalidad por parte del apóstol Tomás, quien enfrenta al propio Jesús diciendo "Ver para creer" y se ha convertido en una paradoja que nace de la misma religión para cuestionarla.

¿Pero que significa ver para creer? 

 Desde mi punto de vista se trata de una postura racional, que implica usar la inteligencia ante situaciones lógicas, por ejemplo, los creyentes afirman la existencia de un Dios porque creen en él, a pesar de que nadie lo ha visto, y muy pocos fanáticos afirman haberlo visto sin tener prueba alguna, entonces Santa Claus existe porque los niños creen en él; o Batman y el hombre araña existen porque los seguidores de los comics creen en ellos; a algunos les parecerá una comparación sin sentido, pero lo cierto es que las tres comparaciones son argumentos lógicamente válidos y así mismo ninguno es verdadero.

Cuando voy a alguna reunión familiar o con amigos y se terminan los temas de conversación es muy común que alguien comience a hablar de sus experiencias con seres sobrenaturales, por ejemplo mi mamá me contó que cuando ella era niña se reunió con sus hermanos, es decir mis tíos y sus amigos para jugar el popular juego de la ouija, y tanto ella como mis tíos relatan que veían y oían cosas escalofriantes e inluso describen las cosas que vieron de tal forma que parece convincente, en algún momento empecé a dudar e incluso a creer, pero siempre tengo en mente el paradigma de ver para creer y olvido lo que sentí mientras relataban esas historias.

Otra historia que aún me llama la atención es una que me contó mi prima, ella en algún momento fué una evangélica bastante disciplinada, era bastante seria y me dijo que las personas que son así de cercanas a Dios tienden a ver seres que en realidad no están ahí; me contó que una noche mientras ella dormía sintió respiros a un lado de su cama y cuando abrió los ojos vió a un niño con apariencia de muerto y con los ojos amarillos que la miraba fijamente, ella enseguida cerró los ojos y dijo una frase que los evangélicos acostumbran a decir en momentos difíciles (y que prefiero no escribirla aqui porque no pretendo que se vea como una burla) y cuando abrió los ojos nuevamente el ser ya no estaba. Entonces frente a esto pensé, que todo está relacionado, ella cree en algo irreal como Dios, y como se supone que nadie ve a Dios también cree en eso y por lo tanto no lo ve a él pero sí a otras cosas relacionadas como lo que acabo de mencionar.

Siempre que escucho historias como esa, la gente que las relata espera que uno las crea, sin embargo hasta ahora yo jamás he visto demonios, ni fantasmas ni mucho menos he sentido que un Dios haga algo por mi, y por esa razón es que no creo.

y entonces, ¿qué significa "Creer para ver"?

El cerebro humano sigue siendo un rompecabezas muy interesante, algunas de sus piezas las mantenemos inconscientes, lo que quiere decir que no las controlamos y el algún punto pueden jugarnos una mala jugada. Tal es el ejemplo del arte del ilusionismo, que se fundamenta en aprovechar las partes que no controlamos de nuestro cerebro para engañarnos y hacernos creer en la magia.

Seguramente habrás escuchado esta frase: " Vemos lo que queremos ver", y el culpable de esto es nuestro propio cerebro, que usa nuestras propias creencias, miedos e ilusiones para jugarnos malas pasadas, así pues, cuando hemos tenido un mal día, por la noche soñamos con algo reconfortante como viajar a algun destino poco alcanzable, etc. De la misma manera, cuando en nuestro inconsiente está almacenada la creencia en lo sobrenatural, nuestro propio cerebro se encarga de que lo veamos, sobretodo en los escenarios que nosotros mismo imaginamos que son perfectos como el estar solo durante la noche, o jugar sobre una tabla que también creemos provocará la presencia de seres irreales.

En fin, por esa razón es que "Ver para creer" es la postura logicamente correcta, y mientras la mantengamos podremos estar a salvo de sufrir "sustos inesperados", lo único malo de esto sería que cuando estemos en reuniones familiares y se terminen los temas de conversación, no tendremos una historia de terror que compartir.

P/D Mientras escribía este artículo estaba solo en mi departamento, generando imágenes mentales de las historias que me habían contado y aún así no vi nada.

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